Baden Powell tenía gran inquietud respecto a la formación de esos adultos que debían hacer funciones de guía y, según sus propias palabras, de “hermanos mayores”. Tanto es así, que en 1910, tres años después del inicio del escultismo en Inglaterra, se organizan los primeros campamentos de entrenamientos de líderes scouts. Estos campamentos eran al aire libre y totalmente prácticos.
En 1919, tras el parón provocado por la Primera Guerra Mundial, se crea el primer curso formal de Insignia de Madera en el Parque Gilwell, a las afueras de Londres, dedicado exclusivamente para esta actividad.
El Movimiento Scout ha recogido el espíritu de estos primeros cursos de Insignia de Madera, con las lógicas adaptaciones y actualizaciones, pero preservando la esencia de la metodología de formación para sus responsables.
El objetivo de los cursos para conseguir la Insignia de Madera es formar responsables en el Escultismo mediante la enseñanza de habilidades de liderazgo y a través de la creación de un compromiso personal con el Movimiento Scout.
Hoy la capacitación de los responsables ha sufrido un profundo proceso de adaptación a las nuevas orientaciones de la política, pero esto no nos debe hacer perder el norte.
Es la intención de la Organización Mundial del Movimiento Scout ayudar a los jóvenes a alcanzar su pleno potencial a través del Método Scout proporcionando un entorno en el que las actividades Scouts se puedan implementar de manera segura, no discriminatoria y respetuosa. Esto no se puede llevar a cabo sin una adecuada formación, formación que sólo puede ofrecer el propio Movimiento y que tiene por propósito brindar los medios de contribuir eficazmente a la realización de la Misión del Movimiento Scout.
Mucho costó que todos aceptaran una estructura común de formación y un gran trabajo nos llevó a que existiera la Escuela de Formación del Movimiento Scout Católico de Andalucía y ésta fuera reconocida oficialmente por la Junta de Andalucía.
Pero no podemos perder de vista que lo que nos interesa verdaderamente es formar responsables scouts y no simples monitores. Por eso es imprescindible que los futuros responsables reciban su formación dentro de esta Escuela, ya sea a través de ella directamente o de la importante labor de los distintos Centros de Formación constituidos en las asociaciones diocesanas.
Es verdad que existen otras escuelas que facilitan los títulos oficiales de monitor de tiempo libre, que son una exigencia para la actividad de los grupos scouts, pero tenemos que recordar que estas escuelas no garantizan una auténtica formación scout, que es la necesaria para que nuestros grupos caminen por la senda del Escultismo.
Quiero concluir con una frase de B.P. en Roverismo hacia el Éxito: “El jefe debe ser leal a la causa que defiende. He aquí la parte más difícil del deber de un jefe”.
Juan Ortega
Primer Director de la
Escuela de Formación de la F.I.A.M.S.C.