Tal día como hoy se cumplen 50 años de la firma por el Cardenal Bueno Monreal de los Estatutos de la Delegación Regional Diocesana de Escultismo de Jerez de la Frontera que con la creación de la Diócesis en 1980 pasaría a denominarse Delegación Diocesana del Movimiento Scout Católico de Jerez.
Es un día para, teniendo en cuenta el pasado, mirar hacia el futuro. Un día para reconocer la labor de cuantos en estos 50 años han pertenecido al Movimiento Scout Católico de la Diócesis de Asidonia-Jerez y han pasado por sus distintos grupos scouts y por los cargos de responsabilidad de la misma. Todos han contribuido a que la actual Delegación sea lo que es y hayamos podido celebrar estos primeros 50 años.
Son 50 años en los que el Escultismo ha tenido que adaptarse a las circunstancias de tiempo y lugar y someterse al ritmo de evolución de la vida, dado que la manera en que el hombre se sitúa en el mundo y la manera como aprehende las cosas y las personas van cambiado continuamente.
Pero esta adaptación no debe hacernos olvidar nuestras raíces y valores, especialmente la originalidad del Método Scout ideado por B.P., con su Ley Scout y Promesa, ni las opciones básicas del Movimiento Scout Católico: educación de la Fe, educación en el país y educación activa hacia la responsabilidad, que fundamentan nuestro quehacer diario.
No podemos hacer un Escultismo sin tener en cuenta esas raíces y sin tener en cuenta la historia y a aquellas personas que han sido protagonistas de esa historia y que todavía tienen mucho que aportar.
El movimiento Scout tiene como objetivo general colaborar en la formación de seres socialmente comprometidos y la transmisión de valores. Ninguna actividad voluntaria es sencilla, y el Escultismo no escapa a ello, pero con gente comprometida y que cumple con el compromiso asumido, siempre se llega lejos.
El Movimiento Scout no podría haber existido en todo el mundo sin millones de adultos voluntarios que apoyan al Movimiento mediante la realización de una amplia gama de papeles o funciones, ya sea en el servicio activo en los grupos scouts o estructuras asociativas o apoyando desde fuera y colaborando en todo aquellos que se le solicite.
Porque el servicio en el Escultismo proviene de la Promesa Scout y esta es para toda la vida, ocupando siempre un lugar en el corazón. Así lo tenía asumido el Cardenal Bueno Monreal, al que conocí personalmente, y que siempre que se le hablaba de los scouts recordaba: “yo fui explorador cuando niño”.
Quiero terminar con un agradecimiento, un agradecimiento personal, un agradecimiento a todos los que forman parte de esta familia scout, a los que dejaron sus huellas para que otros las siguieran y a los que continúan trabajando para que más niños, niñas y jóvenes conozcan el camino del Escultismo y se formen en sus valores. Personas Especiales que donan su tiempo, esfuerzo, paciencia, dedicación, esmero, entusiasmo, alegría, comprensión, y sobre todo su amor a Dios y al prójimo.
Pero la labor debe continuar. Vendrán otros que serán los encargados de llevar el abono para que la cosecha sea buena y llegue a perdurar por mucho tiempo, siempre bajo la misma Ley y Promesa.
Juan Ortega Álvaro.