viernes, 1 de agosto de 2025

Recordando mi Promesa Scout en Benamahoma: 1 de agosto de 1976 (49 años)

Desde 2007 en que se celebró el centenario del Escultismo, el día 1 de agosto se celebra el Día Mundial de la Pañoleta, para hacer visible el "espíritu scout". Coincide que un 1 de agosto fue el día en que realice´mi Promesa Scout. 

La Promesa Scout es el corazón del escultismo, un compromiso personal que marca un antes y un después en la vida de quienes la pronuncian. El 1 de agosto de 1976, en el pintoresco entorno de Benamahoma, hice mi Promesa sellando un compromiso con los valores y principios del movimiento Scout y más concretamente del Movimiento Scout Católico.

Era mi segundo campamento de verano y, después de haber pasado todas las pruebas requeridas, con el visto bueno de la Corte de Honor y tras la correspondiente Vela de Armas, con orgullo emití mi Promesa. Emitir la promesa no era fácil y de hecho pocos rangers, pues las Promesa se hacía en la etapa ranger, accedían a ella. En una ceremonia en presencia de todo el Grupo Scout se pronunciaba el texto, que había que saber de memoria, ante la Jefatura de Tropa y el Jefe de Grupo, poniendo la mano izquierda sobre la bandera y haciendo la seña scout con la mano derecha. Luego se imponía la pañoleta azul con el ribete de color rojo. Cuando la promesa pasó a emitirse en pioneros se añadió una cinta amarilla de la mitad del grosor de la roja. La pañoleta era algo muy personal y cada uno debía coserse su propia cinta. Han pasado 49 años desde aquel día y lo recuerdo nítidamente.

Aunque los tiempos han cambiado desde aquel 1 de agosto de 1976 en Benamahoma, los principios inherentes a la Promesa siguen siendo un faro de valores extraordinariamente relevante y en mi vida sigo teniendo presente el triple compromiso con Dios, con la Patria y con el prójimo, culminando en un esfuerzo constante por cumplir la Ley Scout y hacer el bien.

La Promesa sigue siendo un elemento fundamental del Escultismo y mantiene aún su vigencia. Hoy la podemos describir con este triple compromiso:

Compromiso con lo Espiritual, en el caso del MSC con Dios: en una era donde la inmediatez y lo material a menudo dominan la llamada a desarrollar una dimensión espiritual sigue siendo crucial. No se trata necesariamente de una afiliación religiosa específica, salvo en el caso del escultismo confesional, sino de cultivar un sentido de propósito, trascendencia y ética personal. La Promesa nos recuerda la importancia de reflexionar sobre nuestros actos, buscar la verdad y encontrar un centro moral que nos guíe más allá de las presiones externas. Es un ancla en un mar de distracciones.

Compromiso con la Comunidad Global y la Patria: el concepto de "Patria" ha evolucionado. Si bien el amor por nuestra tierra y cultura es valioso, hoy la Promesa Scout nos impulsa a una ciudadanía global activa. Significa comprender que nuestras acciones tienen repercusiones más allá de nuestras fronteras, promoviendo la paz, la justicia social, la sostenibilidad ambiental y el respeto por la diversidad cultural. En un mundo interconectado, ser "útil" se traduce en contribuir a la solución de desafíos globales, actuando localmente, pero pensando globalmente.

Compromiso con el Prójimo y el Servicio: quizás el aspecto más tangible y atemporal de la Promesa es el servicio al prójimo. En una sociedad que a veces prioriza el individualismo, la Promesa Scout nos empuja a mirar más allá de nosotros mismos. Nos insta a la empatía, la solidaridad y la acción desinteresada. Desde la ayuda cotidiana a un vecino hasta la participación en causas humanitarias o ecológicas, el espíritu de servicio es un antídoto poderoso contra la indiferencia y una fuerza constructiva para construir comunidades más fuertes y compasivas.

Y este triple compromiso tiene como guía a la Ley Scout con sus valores de lealtad, honor, respeto, pureza, alegría, ahorro, obediencia, limpieza y ayuda, ofreciendo un marco ético robusto. En un mundo donde la desinformación y los valores relativos a menudo confunden, tener un conjunto de principios claros sobre cómo comportarse, cómo interactuar con los demás y cómo enfrentar los desafíos es indispensable. Nos enseña a ser personas íntegras, responsables y dignas de confianza.

Así, la Promesa Scout hoy no es solo un juramento del pasado sino una hoja de ruta para el presente y el futuro. Nos equipa con una brújula moral para navegar por las complejidades del siglo XXI recordándonos que el verdadero crecimiento personal se encuentra en el servicio, la ética y el compromiso con algo más grande que uno mismo.

Y no debemos olvidar que la Promesa Scout es un compromiso libre y personal. No es una imposición, sino una decisión consciente y voluntaria que cada uno toma cuando se siente preparado. Es el paso más significativo en la vida de un scout, marcando la aceptación de la Ley Scout y la adopción de un estilo de vida basado en los principios del escultismo. Este compromiso nos obliga a:

  • Ser íntegros: Cumplir su palabra y actuar con honestidad y honor.
  • Desarrollar la responsabilidad: Asumir las consecuencias de sus actos y comprometerse con sus proyectos y su comunidad.
  • Fomentar la resiliencia: Afrontar los desafíos con optimismo y perseverancia.
  • Cultivar la cortesía y el respeto: Tratar a los demás con amabilidad y valorar la diversidad.
  • Proteger la naturaleza: Convertirse en defensores del medio ambiente.

La promesa es, además, un Símbolo de Identidad y Pertenencia. Representa la pertenencia a una hermandad mundial y el compromiso con los valores universales del escultismo. Es un recordatorio constante de los ideales que unen a millones de personas alrededor del mundo, y que trascienden las barreras culturales y geográficas.

En definitiva, hoy la Promesa Scout se ve como un compromiso dinámico y vivo, que no solo celebra una tradición, sino que impulsa a los jóvenes, y a todos los que hemos emitido nuestra Promesa,  a ser agentes de cambio positivo en un mundo en constante evolución, manteniendo siempre en el centro la búsqueda de la excelencia personal y el servicio a los demás.

Para terminar, hacer referencia a los signos externos y ceremoniales que la hacen visible y la dotan de un profundo significado. Estos elementos ayudan a consolidar el compromiso y a identificar a quien lo ha emitido.

La Pañoleta Scout, el símbolo externo más reconocido y universal de la Promesa Scout. Es la prenda que identifica a un scout y a su grupo. En la mayoría de los grupos y asociaciones, desde que uno es admitido lleva la pañoleta con el color correspondiente, al hacer la promesa la pañoleta es completada con un ribete de un color específico, formando así la pañoleta que identifica a un grupo concreto. La pañoleta es tan fundamental que se considera que un scout está "desnudo" sin ella. Es un símbolo de hermandad y pertenencia a la gran familia scout mundial. Por eso hay que llevarla con respeto y dignidad.


La Insignia de la Promesa (o Flor de Lis Mundial).
Aunque no siempre es una insignia específica para la Promesa en sí, es muy común que se reciba o se coloque en el uniforme una Flor de Lis mundial o una insignia relacionada con la asociación a la que se pertenece. En el momento de emitir mi promesa se me impuso la correspondiente insignia que era metálica y de un tamaño mayor a las que se utilizaban normalmente. Se podía llevar en la camisa o en el sombrero scout.

La Ceremonia de la Promesa es un momento muy especial y simbólico, un "signo externo" crucial. Es un acto solemne y emotivo donde el scout, frente a sus compañeros, responsables y a veces familiares, pronuncia sus palabras de compromiso. La ceremonia busca ser memorable y significativa, reforzando la importancia del paso que se está dando.

La Seña Scout y el Saludo Scout son gestos que acompañan la Promesa y se usan en el día a día del Movimiento. Recuerdo que solo los que habían hecho la Promesa podían realizar la seña.

El Uniforme Scout. Aunque la Promesa en sí no implica un "uniforme nuevo" (salvo la pañoleta), llevar el uniforme completo es un signo de pertenencia y del compromiso con el movimiento y genera un sentido de unidad, igualdad y disciplina. Representa la imagen del scout ante la sociedad y la responsabilidad de vivir los valores del movimiento.


También se imponía el nombre totem, que en mi caso es "Águila dorada" y las cintas de patrulla.

En resumen, estos signos externos no son meros adornos, sino poderosos recordatorios visuales y simbólicos del compromiso que se adquiere al hacer la Promesa Scout, integrando al individuo en una comunidad global con valores compartidos.

Pero aún sin uniforme no podemos olvidar que la Promesa se hace para toda la vida y debe marcar, como lo ha hecho en mí, el camino a seguir, el Norte de nuestra vida.


«Esten Listos» en ésta forma, para gozar de una vida dichosa y morir dichosos: aférrense a su Promesa Scout siempre, aún cuando hayan dejado de ser muchachos. Que Dios los ayude a hacerlo así.





lunes, 21 de julio de 2025

Ambientación de la cena del 60 aniversario del Grupo Scout Ntra. Sra. del Carmen

La cena se celebró en la Bodega Alameda que se decoró para la ocasión con un círculo de parada y una tienda de campaña en el exterior y una exposición con objetos de distintas épocas incluyendo banderas y banderines. Se puso a disposición de los participantes un libro donde pudieran reflejar su asistencia con alguna frase o comentario.

Fue un magnífico tiempo de convivencia entre miembros del grupo de todas las épocas.

Desde aquí felicito al Grupo Scout por la organización de toda la celebración del 60 aniversario a lo largo de todo este curso scout 2024-25.


















Los interesados en adquirir el libro del 60 aniversario pueden dirigirse al Grupo Scout a través de su correo electrónico elcarmen@mscjerez.es

sábado, 19 de julio de 2025

Cena 60 aniversario Grupo Scout Ntra. Sra. del Carmen (III)


Para terminar esta serie incluyo los reconocimientos efectuados por el Grupo Scout que comenzó con las siguientes palabras de la Responsable de Grupo:

Antes de dar paso a la cena, nos gustaría tener un momento muy especial de reconocimiento. Todo el Kraal de responsables actual, queremos agradecer, de corazón, a quienes han aportado de manera significativa al crecimiento, la historia y el presente de nuestro Grupo Scout Nuestra Señora del Carmen.

 

60 años de historia, y si hay alguien que ha hecho posible que esa historia no se pierda, que no quede en el olvido, es él. Ha sido el alma detrás del libro conmemorativo que hoy presentamos, recopilando recuerdos, fotos, testimonios y vivencias con una dedicación admirable.

Pero no solo le damos las gracias por ese trabajo, sino por su acompañamiento constante, por estar siempre disponible con una palabra de ánimo o un consejo certero, por ayudar incansablemente a mantener viva la esencia del grupo… y por luchar en campamento porque no desaparezca una de las mayores tradiciones de grupo…. las auténticas e inigualables… tostadas de campamento.

Por todo esto, por tanto y por mucho más, este reconocimiento es para Juan Ortega Álvaro.

 

Queremos hacer ahora un reconocimiento muy especial a una persona que tiene un don  único: la creatividad y el buen gusto para transformar cualquier rincón en un lugar mágico. Da igual que sea una cartelera, una ambientación o una esquina del campamento… si pasa por sus manos, se convierte en algo especial.

Su carisma, su alegría y su energía han sido siempre una constante. Su rama ranger, la favorita, a la que tantos años de servicio ha prestado, aportando ilusión, entrega y compromiso.

Gracias por tu labor de servicio incansable, por estar siempre dispuesto a ayudar en lo que se necesite, por tu generosidad, tu implicación, y por hacerlo todo con una sonrisa y con esa chispa tan tuya que tanto nos inspira.

Este reconocimiento es para Vicente Rodríguez Giménez.

 


Este reconocimiento es para alguien que siempre está dispuesto a embarcarse en cualquier aventura, por loca o improvisada que sea, especialmente si viene del Kraal.

Queremos darte las gracias por tu impresionante labor al frente del coro, por lograr algo que muy pocos han conseguido: que el himno scout suene bien —incluso decente—, y eso es mucho decir.

Eres también nuestro gran diseñador oficial, capaz de convertir en camiseta, sudadera o cartel cualquier idea que aparece de repente en una reunión o en mitad de un campamento.

Gracias por tu ingenio, tu creatividad, tu buen humor y tu presencia constante, por estar ahí, con discreción y fuerza, siendo uno de los grandes pilares que sostienen este grupo.

Este reconocimiento es para Carlos Prieto Nieto.

 



Hay personas que, solo con su nombre, ya parecen estar destinadas a ser scouts… y en este caso, el apellido lo decía todo. Porque si alguien representa el espíritu de este grupo, es él.

Gracias por tu mano siempre tendida, por estar ahí para lo que haga falta, por las horas y horas dedicadas al escultismo y al grupo, sin esperar nunca nada a cambio. Por tu escucha, tus consejos, tu mirada serena y clara cuando hace falta tomar decisiones importantes.

Y, por supuesto, por tu labor como Jefe de Grupo estos últimos años, llevándonos con firmeza, con confianza y con ese cariño que deja huella.

Eres, sin duda, un referente para todos nosotros.

Este reconocimiento es para Pablo Lobato García.

 

Este reconocimiento es especialmente emotivo para mí, porque es para la persona que me enseñó lo que significa ser scout. Fue él quien me contagió este gusanillo, quien me mostró la valor de servir, de formar parte de un grupo, de entregarse sin medida.

Siempre ha estado dispuesto, sin dudar ni un segundo en estar donde lo necesitaban. Y por supuesto, con este Kraal, tampoco ha fallado.

Su experiencia es un regalo, y tener a alguien que nos comprende, nos apoya y nos guía con tanta cercanía es una suerte inmensa.

Gracias por colaborar siempre, por prestarnos tantas y tantas cosas…, no podemos olvidar aquel primer tipi azul donde durmió el Kraal, que nos motivó a hacernos con más y más tipis. Ese fue solo uno de tantos detalles que han marcado momentos inolvidables. Gracias por animarnos tantas y tantas veces con la Canción de Colón, que esperemos que suene hoy… Y gracias también por algo fundamental: por ayudarnos a fortalecer el vínculo con la parroquia, que no siempre es fácil, pero imprescindible.

Por todo esto y muchísimo más, este reconocimiento es para Josechu Rodríguez Giménez.

 


Coordinar y dirigir un grupo scout nunca es tarea fácil… pero hacerlo con una pandemia mundial de por medio, en un grupo que vive del aire libre, de los campamentos, del encuentro cara a cara… es, sin duda, uno de los momentos más difíciles que hemos vivido.

Inventamos de todo: reuniones online, juegos a través de pantallas, ramas divididas en grupos pequeños, actividades a distancia, y aun así, el grupo siguió en pie. Y una de las personas que más animó, impulsó y creyó que era posible seguir adelante fue él.


Él fue quien, le dio una patada a la sílaba “im” de la palabra “imposible”.


Gracias, por tu esfuerzo incansable, por tu trabajo silencioso y constante durante tantos años, y sobre todo, por tu templanza y confianza.

Este reconocimiento es para Francisco Javier Ramos Garzón.

 


Hay personas que uno no sabe si tienen casa propia o viven directamente en el patio de la parroquia… y él es, sin duda, una de ellas.

Hace poco tiempo se embarcó en una nueva aventura: ser Hermano Mayor de la Hermandad de la Borriquita. Pero lo que está consiguiendo va mucho más allá de un cargo. Gracias a él, está volviendo el espíritu familiar al patio, la barrita de los viernes, las incontables fiestas… que hacen que los grupos de la parroquia nos sintamos más unidos.

Para nosotros es mucho más que un apoyo: es nuestro salvavidas. ¿Que se rompe un pomo? Ahí está. ¿Que falta megafonía, mesas, un arreglo de última hora? Ahí está. Siempre. Sin preguntar por qué ni para qué.

Y no solo eso: gracias por acordarte siempre de nosotros, de tu grupo, por hacernos sentir parte de tu Hermandad. Este año hemos vivido uno de los momentos más emocionantes: ver nuestra pañoleta salir en el Paso del Señor que abre la Semana Santa y poder dar la primera levantá de la Virgen. Has hecho que todos nos sintamos parte de la Hermandad.

Gracias por tu cercanía y tu constante entrega. Este reconocimiento es para Mario Prieto Nieto.


Este reconocimiento se lo queremos hacer a una persona que, aunque lleva ya un tiempo lejos físicamente del grupo, sigue muy presente en nuestro corazón. Porque cuando alguien deja huella, esa huella permanece, aunque pasen los años.

Muchos de los que hoy formamos parte del Kraal fuimos sus primeros niños cuando comenzó como responsable, y mucho de lo que somos y sabemos lo aprendimos de él: su forma de educar, de acompañar, de estar siempre ahí…, e incluso su manera de enseñarnos en los campamentos a que la comida en la mesa había que comérsela si o sí. Aun en la distancia nos ha demostrado su cariño con mensajes de ánimo y orgullo de lo que estamos consiguiendo. Y eso hace que lo sintamos muy cerca.

Queríamos tener este detalle con él por su labor como jefe de grupo durante el 50 aniversario y al principio de estos últimos 10 años que hoy también celebramos. Porque este camino también lo empezamos contigo.

Este agradecimiento es para Nicolás Morillo Martínez. (No estuvo presente en el acto)


Y finalmente… Este reconocimiento es para una mujer de las mil batallas.


Porque si hay alguien que está para todo, es ella. Puede preparar un menú para 100 personas mientras está pendiente del puchero, la basura que hay que sacar, una visita que llega por sorpresa… y, además, tiene tiempo para escuchar nuestras penas en medio del campamento, y siempre con una sonrisa en la cara.

Este Kraal tiene tanto que agradecerle. Por estar siempre disponible, por unirse a cada campamento con ganas, por ser la alegría de la cocina y la fuerza silenciosa que lo sostiene todo. Ella es, sin duda, la súper líder de la cocina.

Hace un año se acercó con una pregunta que llevaba tiempo rondándole: “¿Puedo hacer la promesa?”. Y desde entonces, ha sido emocionante acompañarla en ese camino. Cuántas veces hemos llorado con ella soñando ese momento, que por fin llegó este campamento de Navidad.

Gracias por ese compromiso profundo, por vivir el escultismo incluso antes de pronunciar la promesa. Gracias por el cariño con el que lo hace todo, y por el amor que nos transmite en cada pequeño gesto.

Este reconocimiento es para Cecilia Basallote Barbudo.

 

En este momento Irene Monge Ortega en nombre del Kraal sorprende a Ana Rodríguez Seixas con un reconocimiento. Estas fueron sus palabras: 

Y este último reconocimiento, va para una persona que empezó la jefatura trabajando los fines de semana y la ha terminado trabajando todos los días a todas horas y aún así ha sabido sacar tiempo para llevar el grupo para delante. Con su imaginación y dedicación ha sabido ganarse el cariño de todos los niños y de guiarnos de la mejor manera, aunque le hemos dado muchos comederos de cabeza. No podíamos terminar el 60 aniversario sin reconocerle su labor a Ana Rodríguez, nuestra jefa.

 

Continúa la Responsable de Grupo:

 

Y ya, para cerrar este momento tan emotivo, quiero invitaros a disfrutar de esta cena con el corazón lleno de gratitud y la mochila llena de recuerdos. Como decía nuestro fundador, Baden-Powell, en su último mensaje:

"Tratad de dejar este mundo en mejores condiciones de como lo encontrasteis." Que esa siga siendo nuestra misión, como scouts y como personas.

Manolo Lozano, si no le importa, nos gustaría que subiera para la bendición.


A continuación, tras la foto de familia, se celebró la cena en el patio de la bodega que concluyó con un fin de fiesta con música y baile.




Los interesados en adquirir el libro del 60 aniversario pueden dirigirse al Grupo Scout a través de su correo electrónico elcarmen@mscjerez.es