En las retransmisiones deportivas o de cualquier otra índole se utiliza mucho la palabra “desconexión” para referirse al momento que sucede cuando el comentarista da paso a los estudios centrales. Es una forma habitual del periodismo de todos los tiempos.
Yo no voy hablar aquí de deportes ni de ningún otro evento que tenga que ver con una “desconexión informativa”.
Me voy a referir al “desencuentro” o “desconexión” que de forma habitual da origen, dentro del Escultismo entre las personas que han estado durante mucho o poco tiempo vinculadas a los grupos scouts y/o a las asociaciones, que en un momento de sus vidas dejan la actividad en el Escultismo.
Muchas de estas personas han dado lo mejor que han tenido durante una etapa de su juventud para luego ser “literalmente olvidadas”.
Por eso a estas alturas del 50º Aniversario nos podemos preguntar ¿Dónde estarán aquellas personas que formaron parte de los inicios del Grupo? ¿Sabemos algo de ellas? ¿Tenemos sus direcciones?
Está claro que esto sucede en todos los grupos scouts y en todas las asociaciones sin que a nadie se le ocurra lo más mínimo organizar el “archivo histórico” del grupo de un lado y de otro tratar de mantener un vínculo con todas aquellas personas que han pasado por el grupo.
El hecho de que la asociación desconozca sus orígenes es ya todo un síntoma de la falta de preocupación por los orígenes del escultismo.
Al hilo del tema, cada vez que leo un documento asociativo, cada vez menos se hacen referencias a Baden-Powell y al propio Escultismo. Digo yo que será que a lo mejor tanto la figura de Baden-Powell como la propia referencia al Escultismo no entran para nada en los pensamientos ideológicos y son otras “referencias” las que les “obligan” a usar otro lenguaje.
Pues lo dicho, alguien tendría que proponer que “nunca se olviden” de las personas que pasaron por nuestros grupos y ayudaron a crecer el Escultismo.
Lo decía Baden-Powell: “Dar las gracias”.
Puede ser el Campamento de Jarillo, G. S. El Carmen. Foto de José Ángel Sánchez Abrines |
Puede ser el Campamento de Jarillo, G. S. El Carmen. Foto de José Ángel Sánchez Abrines |