Una de mis preocupaciones ha sido siempre la formación de los responsables scouts, algo que me parece tremendamente importante. Esta formación que se ofrecía a nivel interno era reconocida oficialmente a través del Ministerio de Cultura por la Escuela de Formación del Movimiento Scout Católico que emitía los carnets de monitores y directores de aire libre para la formación realizada en las Delegaciones Diocesanas.
Con el Estado de las Autonomías, se traspasaron las competencias del tiempo libre y por eso se hizo el primer intento de que la Junta de Andalucía reconociera nuestra Escuela de Formación. Yo no cejaría en el intento y luego lo conseguí desde la Federación Interdiocesana siendo reconocida la Escuela de Formación del Movimiento Scout Católico en el año 1990.
Esta es la primera petición que se realizó y que nunca tuvo respuesta.