“Señor Jesús, enséñanos a ser generosos, a servirte como mereces, a dar sin medida, a combatir sin preocuparnos de las heridas, a trabajar sin buscar descanso, a darnos sin esperar otra recompensa que la de saber que hacemos tu santa voluntad. Amén.”
Esta última frase de la oración scout es la que me ha movido siempre a la hora de desempeñar responsabilidades tanto en el Escultismo como ahora en la Iglesia, no esperar otra recompensa que la de saber que he hecho la voluntad de Dios, sabiendo que lo importante es sembrar y que serán otros los que recogerán el fruto.
Así sucedió cuando tenía responsabilidades en la Delegación de Jerez y luego en la Interdiocesana cuando se me pidió dar forma a la Escuela de Formación y trabajar para que la misma fuera legalizada. Y ahí sigue sirviendo a tantos y tantos responsables que han pasado por ella. A ellos dedico este reconocimiento, a todos los responsables que se han formado en la Escuela y han desarrollado su labor educativa entre tantos chicos y jóvenes, incluidos mis hijos, que pertenecen o han pertenecido a nuestro movimiento.
Pero este camino no lo he andado solo, sino en compañía de numerosos hermanos scouts que han confiado en mí y en los que he confiado y con cuyo esfuerzo los proyectos se hicieron realidad. Son muchos pero quiero recordar expresamente a José Ignacio López Fernández, José Ángel Sánchez Abrines, Miguel Ángel García Luque, a mis hermanos Antonio y María José y a mi mujer que me acompañó y apoyó en todo momento.
Hoy en día no sigo en el escultismo juvenil activo, aunque me siento scout por los 4 costados, ya que como todos sabéis y así se nos decía el día de la Promesa “scout un día, scout siempre”. Nuestro nuevo proyecto es el escultismo adulto y en concreto la Asociación de Antiguos Scouts y Guías de la provincia de Cádiz y como se trata de estar “siempre listo para servir” disponible para colaborar en aquello que se me pida dentro de mis posibilidades actuales.
Gracias a todos por este reconocimiento y un consejo, no mío sino de B.P. y de su esposa: "Asíos a vuestra Promesa Scout, siempre, aun cuando hayáis dejado de ser muchachos" y seguir "... luchando contra todos los males y ayudando a hacer del mundo un lugar mucho más feliz y mucho mejor en donde vivir".
Muchas gracias.